JUNIO 2022
El agro está en los inicios de una etapa por la que ya pasaron otras industrias. Si bien es un sector que adopta rápida y profundamente las tecnologías que le dan buenos resultados, la adopción de las relacionadas a lo digital es más lenta.
Pienso que estos pueden ser algunos de los motivos:
Pero todo llega. Y la transformación digital del agro no es la excepción. La misma ya está sucediendo y no solo se trata de usar apps. La transformación digital incluye la utilización de nuevas herramientas tecnológicas digitales y la adecuación de procesos, cambios de hábitos y una forma de pensar y actuar de manera más colaborativa que tiene como centro a todos los actores de la cadena productiva.
A mi parecer, las razones por las que el agro se está transformando digitalmente son:
¿Cómo era el seguimiento de los cultivos hace 20 años y cómo es ahora? En mis inicios, allá por 2003/2004, los técnicos y los productores cruzábamos los lotes con la camioneta o monitoreábamos a pie (lo que era más ineficiente porque veíamos muy poco del cultivo), hacíamos las órdenes de trabajo, indicaciones que les damos a los contratistas u operarios para que realicen las labores, en diversos formatos: mensajes de texto, papel, mail o excel. Además, no sabíamos el costo por hectárea de los insumos que estábamos aplicando, ni cómo las decisiones que tomábamos afectaban económicamente al negocio. Mucho menos sabíamos el impacto ambiental que estábamos causando al usar determinados insumos y dosis. La palabra sustentabilidad no estaba en la agenda de la mayoría de los productores y asesores.
Hoy las cosas se hacen de otra manera, y mucho mejor. Antes de ir al campo se observan los cultivos a través de imágenes satelitales; para ver su estado, su evolución y puntos de interés para ir a revisar. Los lotes se recorren en moto, pisando menos los cultivos y observándose en más sectores. En muchas de las recorridas se usan drones. Lo que permite ver mejor los cultivos, en ese momento y luego, además de poder compartir esas recorridas con socios, clientes o miembros del equipo. Las órdenes de trabajo ahora se pueden hacer en el campo, desde el teléfono y aunque no haya señal. Y en ese momento es posible conocer el costo de las mismas y el impacto ambiental que se va a causar.
Las plataformas desde las cuales se pueden hacer estas órdenes de trabajo contienen inteligencia e información que ayudan a evitar errores que pueden afectar a los cultivos y al medioambiente. Adicionalmente se conectan con sistemas de gestión y otras soluciones, lo que permite digitalizar el negocio agrícola de punta a punta.
La mejora en el seguimiento de los cultivos durante estos últimos 20 años es apenas una muestra de cómo ha evolucionado el negocio y el sector agro en general. En las diferentes áreas, los avances han sido relevantes y eso se traduce en mayor eficiencia, mayor sostenibilidad y mayor producción de alimentos para el mundo. Pero lo que viene y que ya comenzó a gestarse generará un impacto mucho mayor y ocurrirá de manera muy acelerada.
Algunas de las cosas que más llaman mi atención son las relacionadas a estos temas:
Son la inteligencia artificial y la descentralización quienes tienen el gran potencial de cambiar, y mucho, las formas con que hoy hacemos las cosas en el agro.
El metaverso se concibe como un espacio donde las personas interactúan social y económicamente entre sí, como avatares. En éste, todos tendremos la posibilidad de ser productores, asesores, contratistas, vendedores de insumos o lo que queramos. Podremos comprar (o vender) campos, insumos, camionetas o cosechadoras, entre otras cosas.
También podremos entrar a esa agronomía en la que siempre compramos, pero a la sucursal que tiene en este espacio virtual. Allí podremos adquirir dos tipos de insumos: algunos para nuestras siembras en el mundo digital y otros para nuestras siembras en el mundo físico. En cuanto al manejo de los cultivos, tendremos la posibilidad de recorrerlos desde la oficina. A través de imágenes satelitales o de videos tomados con drones y con el uso de inteligencia artificial podremos, por ejemplo, reconocer malezas y saber cómo controlarlas, generando el menor impacto ambiental posible. Sin las restricciones físicas del mundo real, los límites del metaverso son difíciles de imaginar.
Pagos y financiación, seguros y logística, son verticales que impactan directamente en el negocio del productor. Y tienen muchísimas oportunidades de mejora de la mano de la digitalización. En la Argentina aún es incipiente, pero en Brasil y en Estados Unidos ya se están viendo resultados de esta evolución.
Los productores de estos países pueden acceder a créditos de manera más rápida y simple, pueden asegurar los rindes y los precios de sus cultivos, y pueden transportar sus insumos y sus granos de manera cada vez más eficiente. Sin dudas el futuro es apasionante. Y lo estamos construyendo entre todos. Lo que nos permitirá ser cada vez más eficientes y sustentables, en esta búsqueda de producir cada vez más y mejores alimentos para el mundo.