AgroPro

MARZO 2021

El rol de los productos biológicos en la nueva agricultura

Entrevista completa a Gilberto Wilhelm.

Gilberto Wilhelm, Gerente de Negocios en LATAM para Forquimica y Forbio, nos cuenta sobre el uso de productos biológicos y qué impacto están generando en la nueva agricultura. Te invitamos a revivir una entrevista muy interesante.

Forbio productos biologicos agricultura interiornota

I.E.: Gilberto, ¿Cómo va?

 

G.W.: Bien, súper bien. Y ustedes desde Argentina ¿Cómo están?

 

I.E.: Bien, tenés la alegría Brasilera.

 

G.W.: De todo Latinoamérica, la realidad.

 

I.E.: Todos tenemos esta alegría, pero bueno, ustedes se destacan un poquito más que el resto. ¿Dónde estás ahora?

 

G.W.: Ahora estoy en Foz de Iguazú, en la triple frontera. Hace 20 años que ingresé en el Grupo Forus y desde ese momento vivo acá.

 

I.E.: Está bien, espectacular. Gilberto, vos ¿Qué formación tenés? ¿Sos ingeniero? ¿Cómo llegaste al Grupo Forus?

 

G.W.: Yo tengo formación técnica agropecuaria de nivel mediano y tengo especialización en fertilidad y nutrición. Ahora estoy en la función de Gerente de Negocios en LATAM para las dos empresas, Forquimica y Forbio, ambas del mismo grupo. Estoy en la gestión de personal y equipos, haciendo link con la casa central en Brasil.

 

I.E.: ¿Siempre estuviste en la parte comercial?

 

G.W.: Inicialmente estuve en la parte técnica, hice asesoramiento en el campo por 15 años. Ahora hace 5 que el Grupo me fue llevando para la parte de gestión, por tener la facilidad de hablar el idioma y esa fue una de las ventajas que me hizo llegar a la nueva función, donde sigo conectado con la parte técnica.

 

I.E.: Vos que estuviste por distintos lugares, ¿Cómo describís la forma de trabajar de los distintos países? ¿Qué características tienen los argentinos, los brasileros y de otros lugares de Latinoamérica?

 

G.W.: Lo que cambia en la realidad dentro de nuestro rubro son las prácticas adoptadas, en función de los ambientes, que son muy distintos.
Tenemos un Brasil muy similar a partes de Paraguay, a partes de Bolivia pero Argentina es muy distinto por su fertilidad natural, por su ambiente. Eso nos encanta porque las empresas acá tenemos un ADN investigativo, nosotros tratamos de alinear todo lo que son nuestras tecnologías y adaptar los productos para cada ambiente. Eso nos da gusto cada día para avanzar porque tenemos desafíos distintos en cada país.
Brasil nos hizo especializarnos en la parte de fertilidad y nutrición de los cultivos por necesidad ya que es un país que no tiene suelos fértiles como Argentina, que los tiene naturalmente. Gran parte de Brasil no, entonces decimos muchas veces que el suelo es solo el bien para sostener la planta, lo restante se tiene que poner.
Nuestro perfil es investigativo entonces tratamos de investigar los limitantes de cada ambiente. Trabajar sobre los limitantes de la agricultura.

 

I.E.: Esa falta de fertilidad en Brasil, ¿En algunas zonas se ve más que en otros lados? ¿Cómo es por ejemplo la producción en Mato Grosso?

 

G.W.: Mato Grosso es muy distinto del sur de Brasil, inclusive hay una división muy marcada entre el sur y el norte de Brasil. El sur viene de más años de explotación, es normal. después las migraciones fueron creciendo para Mato Grosso, Bahía, Rondonia, Goiás y el sur tiene suelos más arcillosos, tenemos arcillas de 70%, 80%. El norte de Brasil ya pasa a ser suelos más arenosos, son distintos los desafíos. En Argentina nos tocó ver una nueva realidad ya que pudimos probar nuestro concepto, hacer fertilidad, trabajar la parte de fertilidad en el suelo. Y a la planta, estimularla para que busque el fertilizante, que utilice la fertilidad. Argentina nos dio esta seguridad de que estamos en el camino correcto porque hay una alta fertilidad y con tecnologías metabólicas, más la utilización de biológicos para un mejor aprovechamiento de esa fertilidad, hemos tenido respuestas muy importantes.

 

I.E.: ¿Allá todos los cultivos son de nutrición? ¿Todo inoculan?

 

G.W.: En Brasil se hace la corrección por las características del suelo, se tienen que trabajar los correctivos calcáreos, tanto la dolomita como el calcifico. Eso no es una realidad en Argentina, nosotros tenemos PHs más bajos.
Primero sucede la corrección del suelo, después la fertilización. Se utilizan en promedio al sur de Brasil entre 250/ 300 kg/ha para el cultivo de soja. Son formulaciones entre fósforo y potasio. Al norte de Brasil se necesita el triple de fertilización debido a la baja fertilidad.

 

I.E.: Requiere una logística importante, ¿no?

 

G.W.: Exactamente, en cultivos entre el cloruro más la utilización del superfosfato simple o triple u otra fuente, el DAP, el MAP. Se llegan a utilizar hasta 1200 kg en algunas regiones.

 

I.E.: ¿Eso para qué cultivo?

 

G.W.: Soja, maíz. También es muy importante aclarar que esa es la gran desventaja de Brasil. Una alta inversión en fertilidad. Argentina hasta el momento no.

 

I.E.: Si, de hecho acá históricamente solamente se fertilizaba trigo, maíz. La soja se empezó a fertilizar no hace mucho y no todos fertilizamos la soja. Pero cada vez se ve más respuesta y cada vez los potenciales son mayores y hay más necesidad, además de reponer, para el cultivo.

 

G.W.: Es muy importante. Nosotros siempre decimos hoy estamos con genéticas, con potenciales del doble que estamos alcanzando. Por ejemplo en soja, si estamos sacando 5000/5500, ya tenemos soja de más de 9000/10000 kg. O sea, no nos falta genética ni en Argentina ni en Latinoamérica en general. Lo que nos falta es cambiar el manejo para esa nueva genética, introducir herramientas biotecnológicas, intentar hacer un cambio para que podamos explotar más esa genética y es un desafío para la investigación. Siempre me gusta decir, lo correcto no es fertilizar el cultivo y sí fertilizar el sistema. Trabajar en conjunto, por ejemplo el invierno asociado al verano. El productor tiene que evitar tratar cultivos y hacer manejo, e implementar una práctica de manejo. Yo sé que es más complicado porque algunos cultivos no les dan la rentabilidad necesaria por algunas cuestiones de mercado. Si queremos a mediano y largo plazo mejorar nuestros rindes, tenemos que pensar en algo sostenible. Lo veo un poco complicado a Argentina por el tema de alquileres, no se puede invertir en algo que no es tuyo, eso sabemos pero también nos limita el crecimiento.

 

I.E.: ¿De qué manera se puede hacer eso? ¿Qué prácticas están haciendo en Brasil? ¿Qué prácticas recomiendan ustedes?

 

G.W.: La política de alquiler en Brasil tiene una ventaja que son mínimo 5 años. Si uno alquila, hay tiempo suficiente para hacer un buen planeamiento para que en 5 años puedas cosechar estos frutos. Yo veo a Argentina en ese punto un poco difícil porque son un año, dos años, vos tenés la incertidumbre de sembrar de vuelta en el mismo campo. Eso limita la parte de inversión en la corrección del suelo. Tratar de poner ahorro para el cultivo siguiente.

 

I.E.: ¿Las formas de nutrir el sistema puede ser una forma química a través del cultivo o a través de biológico, no?

 

G.W.: Sí, un conjunto. Siempre decimos, el biológico no está ingresando para reemplazar el mineral. Tampoco en la parte de bioagentes, reemplazar los fitoterápicos. Tenemos que pensar en conjunto, armar estrategias conjuntas entre la parte mineral y la parte biológica. Es muy importante comprender que el suelo es netamente mineral, muy poco orgánico. Y la planta, al revés. Es muy orgánica y poco mineral. Si sacamos de una planta 3%/5% máximo de mineral. La planta es hidrógeno, oxígeno, agua, igual al ser humano. La parte mineral es un mundo, lo veo a Brasil muy enfocado en la parte mineral, introduciendo sistemas de agricultura de precisión y correcciones pero eso no avanza de acuerdo a la necesidad, porque se tiene que introducir la parte orgánica para que podamos, junto con la parte mineral, aprovechar mejor.

 

I.E.: ¿Hay todo una tendencia de biológicos en este camino de búsqueda de sustentabilidad?

 

G.W.: Tal cual, lo que hemos percibido si comparamos 15/20 años atrás en lo biológico, no teníamos calidad de plantas, no teníamos tecnología para la producción de biológicos. Se evolucionó mucho en las técnicas de multiplicación, los medios de cultivos, las prácticas para que ese microorganismo pueda realmente tener el máximo efecto. El cambio es general, yo veo más evolución ya de esa parte de la tecnología que de la consciencia de que el productor la utilice. Eso cabe del área técnica de las empresas, la investigación, tratar de trabajar más fuerte en eso.

 

I.E.: ¿Cómo es la adopción del productor brasilero para estas tecnologías versus los químicos?

 

G.W.: El ser humano cambia cuando se hace necesario un cambio. Latinoamérica en general. Nosotros sabemos que es algo que se tiene que hacer, muchas veces no lo hacemos hasta que se nos impone una situación y estamos obligados a hacerlo. Muchas situaciones como el aumento de las enfermedades, plagas, nos está llevando obligatoriamente a tratar de manejarnos diferente. Para que tengan una idea, en Brasil por ejemplo en un cultivo de soja se utilizan de 6 a 8 aplicaciones en ese periodo del ciclo del cultivo. Para control de plagas enfermedades o malezas. En total son de 5, 6, 7 aplicaciones dependiendo del daño del ambiente y si nos toma la roya, ahí se ingresan 3, 4 aplicaciones más. Eso está haciendo que baje mucho la rentabilidad del cultivo. La inversión se hace necesaria porque si uno no la hace, se pierden altos rindes de 500, 600 kilos por hectárea o más. Entonces nos obliga a tomar otras herramientas , en ese momento es muy importante la investigación. Embrapa, acá en Brasil está evolucionando mucho la parte biológica, porque lo que evolucionó mucho fueron el Bradyrhizobium, los fijadores de nitrógeno.
Ese nitrógeno es gratuito. El elemento más requerido por la planta es el nitrógeno y lo agarramos de la atmósfera a un costo cero prácticamente. Entonces, eso ya es una práctica normal. Pero ya hacer una coinoculación nos cuesta que el productor lo utilice.
Pero no es porque tiene costo elevado, no, es por la práctica, la cuestión operativa, lo tiene que hacer al momento de la siembra, lo tiene que manejar bien por ser un microorganismo. Eso hace que lleve más tiempo para la adopción. Hay formas hoy con los tratamientos profesionales, la innovación en maquinarias, equipamientos, hay formas de hacerlo y es importante que el productor lo adhiera. Ya está comprobado desde 2003 que se puede llegar a rindes de hasta 15%/16% en la soja.

 

I.E.: ¿Qué beneficio tenemos al usar un Azospirillum o Trichoderma, adicionar esos agentes vivos a Bradyrhizobium?

 

G.W.: Justo ahí quería llegar. Vemos la división de los microorganismos, los fijadores, los promotores donde están el Bradyrhizobium, el Azospirillum, Pseudomonas puede ser, promotor también, puede ser, Trichoderma, un promotor, un controlador. O sea algunos microorganismos tienen varias funciones, depende de cómo las posicionamos pero lo que vemos es un mundo divisorio. La parte de fijación, la parte que involucra lo que es nutrición, los bioestimulantes y lo que son los bioagentes. Yo veo muy importante la etapa en la que estamos avanzando de la introducción de los bioagentes, no solo los promotores porque los bioagentes van a ser una de las únicas herramientas para mejorar el control y disminuir el costo.
Pongo un ejemplo, Nematodos. Cómo vamos a controlar Nematodos. Yo siempre digo, lo que está afuera del suelo, arriba.. la investigación, la tecnología, las empresas de fitoterapia muy rápidamente logran activos para control por ejemplo de una roya, una enfermedad foliar de la parte aérea. Pero lograr algo de la parte de la agricultura invisible, es algo muy complicado.
Después cómo vamos a alcanzar a hacer una aplicación para controlar un Nematodo, es imposible. Entonces la única solución es introducir un control biológico para que el ambiente se mantenga equilibrado. No lo vamos a controlar, no lo vamos a eliminar del suelo, tenemos que tratar de convivir y entrar con las herramientas biológicas.

 

I.E.: ¿Eso lo estás viendo también acá en Argentina o son problemas principalmente de Brasil, acá todavía tienen menos impacto? ¿Cómo vas viendo la evolución?

 

G.W.: Está muy creciente en Paraguay, muy creciente en Brasil. Es el tema, no estamos haciendo, estamos trabajando. Por ejemplo un cultivo para una rotación como trigo. En muchas regiones no hay forma de introducir al trigo por la cuestión de ambiente. Entonces la gente vive de soja y en Paraguay otra vez soja de segunda para tratar de conseguir la semilla. Eso hace muchas enfermedades no solo de la parte aérea sino del suelo, esten avanzando muy rápidamente y no se está tomando mucha proactividad.

 

I.E.: Hace un ratito hablaste de las aplicaciones, del curado profesional. ¿Cuánto impacta eso más allá del producto? ¿Cómo ven ustedes que estamos curando los argentinos?

 

G.W.: Nuestro equipo trabaja las dos líneas, Forquimica y Forbio son productos con tecnologías complementarias. Un ejemplo, trabajamos hoy con los microorganismos y los bioprotectores de Forbio y en la línea de Forquimica tenemos los productos metabólicos, algunos minerales. Después también tenemos la línea de polímeros que provee Forquimica, que son polímeros para mejorar la calidad del tratamiento. O sea los rindes. Supongamos que para alcanzar el potencial genético hoy yo voy a sumar 100kg aquí, 200kg ahí, 300kg allí, no es que voy a salir de 5000 kg para 7000kg en una zona. Sino que tengo que ir agregando productividad, construyendo el sistema.
Forquimica ingresó en esa parte de tratamiento profesional porque si vamos al campo y miramos un tratamiento estándar hoy, vamos a suponer que una dosis de un fitoterápico, un fungicida, un insecticida se la tiene que distribuir, a veces 50cc de ese producto o 100cc, son dosis bajas para 70 kg de semilla. ¿Cómo uno puede lograr una buena homogeneidad? Qué nos pasa, en el campo vemos esa situación porque, el tratamiento, al no agregar el polímero, uno no puede decir que es tratamiento profesional, mismo que se lo haga en un equipamiento de alta tecnología. No se lo considera un tratamiento profesional.
A partir del agregado del polímero se considera profesional, porque el polímero tiene ese beneficio de hacer que esa variación de dosis por semilla disminuya. La principal característica es la homogeneidad de dosis en todos los productos involucrados en el tratamiento.
Hay investigaciones, inclusive oficiales que demuestran que la variación pasa de 70%, entonces yo tengo semillas muchas veces con super-dosis de producto y otras semillas con sub-dosis. Ahí, yo estoy promoviendo problemas en el campo. Primero porque en la sub-dosis estoy dando chance de que una enfermedad o una plaga tenga tolerancia al ingrediente porque no estoy teniendo dosis correctas. Todo pasa por detalles y cómo hemos visto en el mercado Latinoamérica no, es difícil. El productor hoy domina prácticamente por lo menos un 60% hasta 70% de la semilla. No viene de una semilla certificada, no viene de una semilla producida bajo condiciones de control y después de un tratamiento de la industria. Eso se vuelve más preocupante porque tenemos que tratar de llevar el tratamiento profesional al campo, al productor. Entonces es un tema en discusión. Para que esto ocurra, Forquímica hace alianzas con empresas, porque necesitamos tener estos equipamientos para demostrar al productor la importancia de un buen tratamiento. Se puede hacer un tratamiento profesional a campo.

 

I.E.: En ese contexto, Forbio acá en Argentina le está prestando máquinas a algunos productores para que hagan esos tratamientos profesionales, ¿no?

 

G.W.: Exactamente, hemos introducido cada año más máquinas. Si uno va por el lado de la escalabilidad, con ese equipamiento no es posible, pero nosotros queremos escalar el crecimiento de las tecnologías, buscamos generar conciencia de la importancia de que el productor busque el tratamiento profesional y que también vaya detrás de esas tecnologías, que busque equipamientos que puedan entregar un tratamiento más profesionalizado. Y que pueda agregar el polímero, que no tiene efecto agronómico directo en la productividad. Sino que son efectos indirectos como la homogeneidad del tratamiento, la mejora de la distribución, adherencia a esa semilla.

 

I.E.: Como resumen y buenas prácticas podríamos decir primero un producto de calidad y con buena formulación, después el uso de fungicidas de calidad, no?. El otro día hacíamos unas cuentas de usar un fungicida de calidad tenía una diferencia de 2 o 3 kg de soja por hectárea, o sea que es muy despreciable, el uso de polímeros para todo lo que explicabas recién, y después obviamente la conservación de ese producto, el momento y la forma en la que se aplica. No sé si me está faltando algo más pero son cosas simples de lograr.

 

G.W.: La formulación siempre digo es una gran preocupación de Forquimica. tenemos productos hoy en el mercado que no llevan agua, son libres de nonilfenol, libres de silicona. Entregamos 100% materia prima en alta calidad de formulaciones. Yo siempre pongo un ejemplo simple, vamos a suponer que tengamos los mismos ingredientes para hacer pan.
Hacemos una prueba de 10 personas con los mismos ingredientes, la misma calidad, la misma marca de harina, no vamos a lograr 10 panes iguales. Así son las formulaciones, tanto de los biológicos, de los minerales, de los fitoterápicos. El aprovechamiento por la planta va a ser diferente de acuerdo a la formulación de la empresa y la tecnología que la empresa implementa ahí. A veces cosas sencillas como la propia granulometría del producto ya es una característica importante. Después la formulación y el manejo en el campo de cómo se va a aplicar para que la planta pueda realmente recibir ese producto y aprovecharlo. Entonces, nada es igual. La formulación realmente diferencia uno del otro.

 

I.E.: Es fundamental. Gilberto, para ir terminando te consulto, nosotros estamos muy acostumbrados al uso de inoculantes en soja, ¿Nos recomendás usarlo en otros cultivos? ¿Qué resultados podemos esperar?

 

G.W.: Si pudiera yo sugerir al productor argentino, sugiero hacer coinoculación. La coinoculación es fundamental para mejorar, y una cosa que logramos a través de la investigación de Forquimica y Forbio, aplicaciones foliares de microorganismos con excelentes respuestas. Por más que aún la legislación no permite registrarlo como un foliar, está registrado para tratamiento de semilla. Pero hemos logrado importantes respuestas cambiando la forma de utilizarlos. Entonces hicimos, a veces con la misma herramienta, formas diferentes para lograr más. Entonces, la coinoculación es fundamental.
Hay muchos secretos de formulaciones, de las plantas, de la industria y por eso es importante el proyecto de Forbio con planta en Brasil, planta en Argentina, planta en Colombia; asociado a plantas de Forquimica en Brasil, Forquimica en Estados Unidos. El grupo hizo realmente un crecimiento fantástico, no solo en Sudamérica, América Central, Estados Unidos. Hemos logrado llevar tecnologías nuestras ahí. Eso demuestra la capacidad del grupo y van a venir muchas sorpresas en la parte de microorganismos, eso pueden estar seguros. Es la revolución e inclusive nosotros ya utilizamos algunos gráficos demostrando que para que podamos crecer a 70%/80% del potencial genético ya existente hoy, es por adopción de estos microorganismos asociados a moléculas metabólicas. El propio metabolito generado por los microorganismos.
Entonces hay mucha novedad y yo veo que va a ser fundamental que hagamos en conjunto una consciencia al agro. También nosotros no queremos reemplazar el fitoterápico, sabemos que es importante pero tenemos que ir disminuyendo y en algunas situaciones irnos obligando a utilizar porque las empresas, el costo hoy de una molécula es muy alto. La inversión es muy alta y la incertidumbre de qué vida útil va a tener esa molécula al mercado porque tanto la parte ambiental restringe mucho y la adopción hoy de que estamos utilizando, siguiendo el manual de utilización de cada molécula no reduce la vida útil muy rápida. Hay una tolerancia, una resistencia de las enfermedades, las plagas y eso hace que las principales empresas competidoras del mercado cambien su propia manera de ver el futuro para el agro.

 

I.E.: Espectacular que el Grupo Forus tan importante como nos contas en todo Latinoamérica haya creado esta rama biológica que es Forbio y esté tan apoyado en la investigación, estando los otros países como con los referentes como nos nombras Argentina, para que sean otra opción más para los profesores y los productores.

 

G.W.: Si, eso es muy importante decir acá. Eso fue posible con la unión del grupo de Brasil con Argentina, con Colombia. Tenemos hoy accionistas en Argentina, Colombia. Vamos avanzar a medida que también compartamos los conocimientos y no hay forma de uno independizarse acá. Hoy Latinoamérica es el mayor productor de soja del mundo, la principal proteína a nivel de escala pero no dominamos el mercado de la commodity, nos falta pensar mucho en eso también y tenemos mucha fuerza en Latinoamérica, todos los países. Todos tenemos una riqueza tremenda desde muchos temas, desde la política, de todo. Hay que cambiar para que podamos realmente avanzar más rápido en Latinoamérica.

 

I.E.: Estamos trabajando en eso. Bueno quienes quieran saber más nos pueden escribir por mensaje y los podemos contactar con Gilberto y con gente de Forbio para seguir charlando. Nosotros acá en la zona de Villegas vamos a andar haciendo ensayos con pack biológicos, los vamos estar poniendo al lado de otras soluciones para ir comparando.

 

G.W.: Agradezco a todos, agradezco a ustedes Ignacio por la oportunidad, es un gusto y agradezco a todos los equipos, Forbio Colombia, Forbio Bolivia, Fobio Paraguay, Argentina.

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