AgroPro

OCTUBRE 2021

Agro sostenible: cómo lograr una producción más sustentable sin dañar al medioambiente

Por Carla Melicci

Estos gigantes de la industria alimentaria hicieron cambios en la producción y lograron tener mejores resultados. Quiénes son y cómo se pueden empezar.

 

La crisis climática está poniendo en jaque a todas las industrias del mundo y la producción de alimentos sustentables -y sostenibles en el tiempo- no es ajena al contexto.

 

En un mundo donde se desperdició el 17% de los alimentos en 2019 mientras 811 millones de personas sufren hambre, según la ONU y en Argentina 16 millones de toneladas de alimentos por año van a la basura, cómo las empresas alimenticias también comienza a estar bajo la lupa, sobre todo de los consumidores más empoderados que empiezan a tomar decisiones de compra en base a si un producto es o no sustentable.

 

Entonces, ¿cómo lograr una producción más sostenible sin dañar al medioambiente y agotar los recursos de la tierra? ¿Por qué las empresas deberían poner el foco en la agricultura sustentable? ¿Qué beneficios encierra?

 

“Las empresas deben poner foco en la agricultura sustentable, principalmente, porque es necesario generar el menor impacto posible en un medioambiente que viene siendo muy afectado por todos en los últimos años. Lo que hacemos genera una huella y quienes somos parte del agro debemos ayudar a que esa huella sea lo más mínima posible”, explica a Economía Sustentable Ignacio Eguren, CEO & Fundador de AgroPro, empresa que busca contribuir con el desarrollo de profesionales más eficientes y sustentables.

Fumigadora en un campo cultivado

Y agrega: “Como beneficios secundarios están en algunos casos y estarán en otros, el acceso a determinados mercados y la posibilidad de capturar mayores valores con nuestros productos”.

 

Para Eguren, la agricultura sostenible es factible de desarrollar en nuestro país, porque en la actualidad “es posible producir de manera eficiente y sustentable”.

 

“Anteriormente, no teníamos tanta conciencia del factor ambiental y nuestro foco estaba en el resultado económico. Esto, gracias al mayor conocimiento de cómo impactamos y a la forma de ver las cosas de las nuevas generaciones ha ido cambiando y hoy es un aspecto fundamental a la hora de llevar adelante un proyecto o un negocio”, afirma y advierte: “Nos falta que esa toma de conciencia sea mayor y que actuemos más en consecuencia pero vamos por muy buen camino”.

 

Más producción, menos agua

 

En la planta que produce conservas de tomate en la provincia de San Juan, Grupo Arcor, logró generar una reducción del 24% en el consumo de agua para la elaboración de una tonelada de tomate, respecto de 2019 e incrementar la producción, según el reporte de sustentabilidad 2020.

 

¿Cómo lo hicieron? Pusieron en marcha un programa sobre agro sustentable, que surgió en 2012, en sintonía con la estrategia de sustentabilidad que se puso en marcha en 2010, donde la compañía asumió cinco compromisos en toda su cadena de valor, como es el uso racional del agua.

 

“El programa tiene un objetivo hoy que es garantizar la calidad, cantidad, inocuidad y responsabilidad ambiental y social de las principales materias primas que el Grupo produce y adquiere, porque también, como parte de la estrategia de integración vertical de Arcor, además de participar comprando materias primas del agro tiene para algunos de esos insumos producciones propias”, explica Bárbara Bradford, gerente de Sustentabilidad del Grupo Arcor a Economía Sustentable.

Persona trabajando en una fabrica con tomates cherrys

En el desarrollo integral del producto del tomate, la empresa busca elevar el estándar de producción donde aborda una “estrategia de mecanización integral”. “Tiene que ver con trabajar y dar financiamiento a los productores que nos abastecen para que incorporen tecnologías para la producción del tomate, que tienen un impacto muy importante en el cuidado de la tierra, agua y de la productividad como son el trasplante mecánico, riego por goteo, cosecha mecanizada, pulverización por túnel de viento, entre otras”, precisan.

Según Bradford, además de preservar mejor el recurso de la tierra, con esta estrategia lograron saltos de productividad “muy significativos”. “Antes de esto un productor en promedio producía 70 toneladas por hectáreas y a partir de la incorporación de estas tecnologías la producción se fue a 120 toneladas por hectáreas que son niveles de productividad de avanzada similares a Italia, o California (EE.UU.)”, destaca la especialista. Desde Grupo Arcor explican que a nivel industrial todo lo que tiene que ver con el procesamiento de materias primas agrícolas se utiliza mucha agua.

 

 

“En la producción de azúcar pasa lo mismo. En el marco de este compromiso, se trabaja en todos los negocios y las plantas en promover reducciones en el consumo. En 2015 se estableció una meta para reducir en 2020 un 30% el uso de agua por tonelada de producto para todo el Grupo Arcor y eso se cumplió el año pasado. Esa iniciativa de la planta de San Juan está encuadrada dentro de ese compromiso y de esa meta”, explica la Gerenta. También, lo lograron gracias a la instalación de sistemas de reúso de agua en los transportes de descarga de tomate y a la instalación de un sistema de control de nivel en la pileta para los sistemas ablandadores de agua.

 

 

En cuanto a si este ahorro de agua tiene impacto en el producto final, Bradford aseguró que “son iniciativas que tienen un impacto fuerte en la sostenibilidad porque se produce más con menos recursos pero se garantiza la experiencia del consumidor”.

Local con varios estantes mostrando productos de Arcor

“Ser consciente que el crecimiento de la compañía depende de que se desarrolle la cadena de valor. Sino no trabajamos para cuidar el entorno productivo, mejorar las prácticas de los productores, que los productores crezcan en productivas, en capacitación en tecnificación en el futuro no vamos a tener abastecimiento”, concluye.

 

Agricultura regenerativa

 

En McCain decidieron poner el foco en la agricultura regenerativa en Argentina, proceso que se basa en la recuperación de la sanidad de los suelos, “promoviendo la sanidad de los mismos y reduciendo el impacto de agregado de productos de síntesis química, sin dejar de tener mejores rendimientos y calidad de la materia prima”.

 

¿Hay lugar en Argentina para ese tipo de práctica? “Debe haber lugar. Es nuestra responsabilidad como productores de alimentos cuidar el medioambiente”, asegura Carolina de Lasa Andrés, jefa de Agronomía para Argentina y Colombia en McCain.

 

En este sentido, la especialista explica que a nivel mundial la compañía viene trabajando hace más de 10 años en los indicadores de sustentabilidad agrícola. “El camino de la agricultura sustentable nos lo marca la naturaleza misma. El cambio climático es un hecho, así como el aumento de la población en el mundo y la necesidad de producir alimentos de calidad”, sostiene De Lasa Andrés.

 

Y agrega: “La conciencia que los recursos naturales son finitos y su degradación es la evidencia misma que es responsabilidad de quienes habitamos este planeta, frenar la degradación de los suelos, reducir la velocidad del cambio climático y tomar medidas frente a los posibles escenarios a los próximos 10 años”.

Persona mostrando una papa

Para llevar a cabo este tipo de agricultura generativa desde en McCain Argentina están trabajando con “un equipo interdisciplinario” en la agenda de la campaña de papa que comprende los periodos desde septiembre de 2021 a junio de 2022.

 

“Además de diferentes áreas de la compañía, participaran empresas con quienes tenemos alianzas comerciales”, afirman y explican: “El primer paso, es capacitar tanto a nuestro personal técnico como a nuestros proveedores, los productores de papa. Nuestro principal volumen proviene del sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde realizaremos la primera etapa del programa. La inversión más importante es que quienes trabajen a nuestro lado entiendan y se comprometan a trabajar juntos en este desafío”.

 

En este sentido, detallan que hace más de 10 años que trabajan con Certificación Global G.A.P., “creciendo año a año en el volumen certificado”, herramienta que les permitió identificar “las oportunidades de mejora en los cultivos”.

 

“Históricamente tenemos un seguimiento detallado de cada lote donde se producen nuestras papas, y específicamente comenzaremos con acciones de recopilar datos de lote específicos para entender la situación actual y cuáles serán las acciones puntuales donde haremos el foco”, agrega De Lasa Andrés.

Papas

El objetivo a corto plazo -y requisito indispensable- de la multinacional es capacitar a todos los productores, dueños de campos y técnicos “en entender a dónde apuntan con la implementación de agricultura regenerativa”. “Así, desarrollar un plan de acción al 2030, donde el 100% de nuestra superficie destinada al cultivo de papa tenga implementada una “Práctica de Agricultura Regenerativa”, cumpliendo con los indicadores que tenemos establecidos”, detallan.

 

A su vez, destacan que el desafío de la agricultura sostenible y regenerativa es a largo plazo. “Las prácticas que definamos implementar deben ser medidas, alineadas con un aumento de rendimiento y sosteniendo la calidad de producto que requiere la fábrica”, explica la Jefa de Agronomía para Argentina y Colombia en McCain. Y añade: “Si logramos cumplir cada uno de los indicadores, a largo plazo nos da como resultado una producción de menor costo con un bajo impacto ambiental”.

 

Cómo arrancar

 

¿Se necesita de una inversión importante para iniciar actividades de agricultura sustentable? ¿Requiere de tener una mirada a largo plazo?

“Para ser sustentable, o mejor dicho sostenible, porque para que la actividad perdure en el tiempo además de ser amigable con el medioambiente debe ser económicamente rentable y debe generar un impacto positivo en la sociedad, no es necesario realizar inversiones”, apuntan desde AgroPro.

 

En este sentido, Eguren afirma que lo que se necesita es “tomar conciencia y ordenar los procesos del ciclo productivo”. “En eso es en lo que ayudamos desde AgroPro, como también lo hacen otras agtechs e instituciones desde distintos puntos de vista y formas de llevarlo a cabo”, afirma.

 

Y concluye: “Los ciclos en el agro son largos y muchas de las buenas prácticas que realicemos seguramente darán sus frutos meses o años después pero hoy, sin dudas, es el momento de empezar”.

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